Mi actuación siguió una serie de fases, primero para descartar que no me encontraba ante unas vacaciones pagadas del router lo reinicié cerca de diez veces. No volvió.
El siguiente paso fue llamar al servicio de atención, 3 veces con un resultado desfavorable: justo después de la tercera llamada pierdo la línea de teléfono.
La 4ª llamada es desde el móvil, a un 902, no lo quiero ni pensar... Arreglan la línea de teléfono (que ya les vale!!!), y se comprometen a ir al día siguiente para ver el ADSL.
No me lo creo. Demasiados desengaños pasados me hacen incapaz de perdonar y olvidar.
Durante este tiempo desconectada me ha dado tiempo de pensar en esta situación. Y es que ha sido medianamente duro.
Antes que nada, podríamos decir que tengo una dependencia a internet más elevada que mucha gente pero creo que sin llegar a ser adicción; aunque claro, esta es mi opinión... Tengo claro que no me muero por no tener acceso, he estado semanas y meses sin conexión cuando he estado de viaje.
Pero aquí no hablamos de lo mismo, y es que lo duro no ha sido no tenerlo, sino teniéndolo todo como siempre, faltar el acceso. Porque mi cerebro el pobre que lo procesó un poco más tarde me jugaba malas pasadas al hacerme pensar en buscar algo y justo al entrar en el explorador volver a caer en la cuenta de que no había de donde rascar...
De todo esto saco yo en claro, que Internet se ha convertido en una herramienta imprescindible en nuestros días, y que ni a mi peor enemigo le deseo una vida sin el!!!
PD: Ya estoy al día con los feeds.